viernes, 31 de julio de 2009

PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES.

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.

Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.

Arturo Pérez-Reverte.


He colgado textualmente este texto porque me pareció muy interesante, aparte de su indudable y tremenda redacción y calidad. Es de hace un tiempo, pero la he leído hace bien poco, lo siento por no ser un lector fiel y actualizado rigurosamente del XLSemanal.

SALUDOS.

miércoles, 29 de julio de 2009

THE BOSS IN SEVILLE!!!....



Fue justo lo que se esperaba: un paseo triunfal, la feliz ceremonia de celebración de una manera de entender el espectáculo que consigue cuadrar el círculo y conjugar lo que a priori se antoja imposible: trasladar a un enorme escenario, y ante una audiencia masiva, la inmediatez, la cercanía del rock’n’roll primigenio en su hábitat natural, el club.

Bruce Springsteen, con el ciertamente imponente apoyo de la E Street Band, redefine el concepto de stadium rock: lo humaniza. Es evidente que hay oficio, mucho; que todo el equipo del Working on a Dream Tour sabe de sobra qué teclas tocar para entusiasmar a sus miles de espectadores. Pero hay más, y brilla un elemento esencial: hay ganas.

Ganas de satisfacer, ganas de disfrutar. Lo de anoche en el Estadio de la Cartuja fue un boomerang permanente entre banda y público, una formidable corriente de empatía fluyendo en ambas direcciones, retroalimentándose mutuamente, desde que a las diez y veinte de la noche el grupo hiciera acto de presencia sobre las tablas. Precedido, claro, por una broma muy especial. Si en Londres había sonado London Calling y en Bilbao, a modo de introducción, Desde Santurce a Bilbao, ¿qué iba a sonar en Sevilla, Sevilla tiene un color especial? Pues aunque no se lo crean, así fue, con Nils Lofgren tocando al acordeón la popular tonada, recibida con obvio cachondeo y ganas de juerga.

En menos de un minuto, y entre los vítores del respetable, ya estaba sonando Badlands. Las pantallas laterales de vídeo, el único artificio que esta gira se permite, recogían imágenes del público y de la banda, mientras que por la central sobrevolaban unas nubes que contrastaban con el tórrido ambiente ("¿Tenéis calor? ¡Qué calor!", diría Springsteen en español varias canciones después; ya lo creemos, Bruce). Y a las primeras de cambio, ya estaba el de New Jersey recorriendo la pasarela que lo llevaba hasta su público...

Si con Hungry Heart y su memorable estribillo llegó el primer coreado masivo –"Come on!", azuzaba el músico tras cada frase–, con la larga e intensa Outlaw Pete, uno de los mejores cortes de Working on a Dream, con desérticas imágenes ahora sobre la pantalla, se rozaba el delirio. Casi nada, comparado con lo que aún estaba por llegar: Working on a Dream, la canción, y otro estribillo lapa lo ponían de lo más fácil, sobre todo después de la soflama, en español pero con chuleta: "Esta noche lo vamos a romper todo, pero con música, espíritu y ruido. Nosotros ponemos la música, vosotros el ruido". Y el crujido fue de aúpa.

Como se puede imaginar, no faltó de nada, ni la tradicional recogida de carteles con peticiones (alguien, en lugar de pedirle una canción, le regaló un plátano y poco después apareció un abanico, que falta hacía: aquello era una fiesta).

Como en Bilbao, aquí también sacó a un chiquillo al escenario, sólo que éste no se sabía el estribillo de Waitin’ on a Sunny Day y ponía cara de asombro: "¿Pero qué me estás diciendo, Bruce?". Cateado en springsteenfilia, aprobado en simpatía.

A golpes –de temazos, de entrega– fue construyendo la E Street Band y su jefe este concierto memorable que probablemente el público al completo, y no sólo los fans, tardarán mucho en olvidar. O quizás no lo olviden nunca.

Con momentos de auténtico paroxismo –incluida versión nuclear de Lonesome Day–, el Working on a Dream Tour va camino de convertirse, si no lo es ya, en la única gira de grandes, grandes estadios en la que uno queda deslumbrado por la música y no por la presunta espectacularidad. Y me temo que Bruce Springsteen, a punto de cumplir 60 años –se dice pronto– es hoy por hoy el único capaz de llevar a cabo algo semejante: 130 mintos de concierto antes de llegar a los bises –el cierre, usted disculpe– rematados de la mejor forma posible. Nacido para correr... Pues eso, realmente es el "Jefe", "THE BOSS".

El concierto comienza, con Sevilla tiene un color especial (acordeón) y Badlans


Bruce entonando My love will not let you down.


The Boss recitando Born in to run.

domingo, 5 de julio de 2009

LA RESPUESTA ES.......

XANADÚ. Se trata de un musical fantástico en donde Olivia Newton-John encarna a Kira.
Kira es una de las hijas de Zeus y musa de las artes. Cumpliendo ese trabajo, visita al pintor Sonny Malone, a quien inspira con un beso. Sin embargo, la bella diosa y el mortal se enamoran, lo que será un problema en el orden cósmico. Al mismo tiempo, un viejo músico sueña con abrir un club nocturno al viejo estilo, un proyecto en el que Kira y Sonny se involucrarán... Los años 40 se encuentran con los 80 en "Xanadú", una mirada hacia el futuro a la vez que un recuerdo romántico de cómo eran las cosas durante la época dorada de Hollywood.

La música es obra de John Farrar, que también realizó la música de Grease, la peli favorita de amor gamberro de Olivia. También se cuenta con la inestimable ayuda de la Electric Ligth Ochestra (E.L.O.), con ritmos pegadizos, faciles y dulzones muy al estilo de la época. Esta gran banda fue durante mucho tiempo records de ventas en Gran bretaña, con su Last train to London, de ahí la pista sobre Londres.

El actor que reencarna al elegante Sonny es Gene Kelly, ya entrado en años pero siempre dispuesto a enamorar.
La película no fue consideraba muy buena que digamos, pero su gran Bso le hizo subir como la espuma y sobretodo su aceptación en aquellos hyppies entrado en años, que recordaron sus días de amor y paz.

Esta película me hizo soñar y solo por eso ya se merece que le otorgue un 8.
El homenaje a la época dorada de Hollywood comienza con el logo de la Universal. Es recomendable pasar una velada en Xanadu.

"Una fantasía. Un musical. Un lugar donde los sueños se realizan."

EL GRAN ÉXITO DE EL FILM XANADÚ


ME ENCANTA ESTA, UNA DE MIS FAVORITAS SIN DUDA.

sábado, 4 de julio de 2009

AHORA, QUÉ

Hola a todos, mi nombre no lo puedo revelar, pero os daré unas pistillas para que resolváis el caso.

Soy actríz, por mucho que a muchos les pese y me tilden sólo de cantante. Mis pelis favoritas son las de amor, aunque siempre con ese toque gamberro que le otorga la adolescencia.

Aunque, hoy, os quiero hablar de un mundo fantástico, donde yo era una como una diosa. Dicen que lo único que verdaderamente resalta de ese mundo es la canción principal, donde la música es obra de una gran banda muy famosa del momento y que causó muchas sensaciones, sobretodo en Londres. También es obra de un viejo conocido, que ya trabajé con él antes. Pero lo grave es que un día me enamoré de un muyyy apuesto, entrado en años y elegante mortal, era un amor imposible. Aún así nos embarcamos en proyecto ambiguo y quisimos recuperar el viejo estilo perdido de los años cuarenta. Creo que el único público que agradeció nuestra labor fueron nuestros indudables seguidores post hyppies de la marihuana. Ellos si que saben apreciar el arte de lo bueno.
En mi última pista os diré que nuestro vestuario es muy propio de los videoclips de Abba, o de aquellos incipientes componentes de Mecano, ¿os acordáis no?, sois capaces de adivinar mi nombre y el de la peli que os hablo, seguro que si.
De todas formas os recomiendo que la visionéis os transportará a un mundo soñador de fantasías y pasaréis un rato agradable sin duda alguna.

ADIVIFILMS

Sabemos quien es su enlace en Pitsburg desde que Jason se suicidó.

Qué enlace, pero si yo nunca he estado en Pitsburg.

El 16 de Junio se encontraba usted en el Hotel Serwein de Pitsburg, bajo el nombre de George Kaplan, de Berkley, California.
Una semana después se registraba en el hotel Franklin de Filadelfia, como George Kaplan de Pitsburg.
El 11 de Agosto residía en el Stadel de Boston, y el 29 George Kaplan de Boston, se hospedaba en el Whitty de Detroit.
Actualmente ocupa la habitación 976 del Plaza de Nueva York como George Kaplan de Detroit.

Y qué más

Dentro de dos días debe hallarse en el Embass the orice de Chicago, y luego irá al hotel Sheraton Johnson de Rapid City, en Dakota del sur.

Ni hablar!!.

Ya ves que es inútil hacerse la ilusión de que nos engañe un poco más de lo que le engañamos nosotros señor Kaplan.
Estoy haciendo esperar a mis invitados, quiere usted colaborar con nosotros?, diga sencillamente si o no.

Sencillamente no, por la sencilla razón, que no se sencillamente de qué me hablan.

Dele una copa al señor Kaplan, Leonard. Buena viaje!!!.......


Venga, venga que el Ferrari está que arde, no valen buscadores, no seáis tramposos, si no la sabéis pues nada, ha seguir probando para la siguiente.

jueves, 2 de julio de 2009

ONCE UPON A TIME IN THE WEST



Antes de nada, me gustaría decir que no hemos cerrado por vacaciones, pero si he de reconocer que no he tenido mucho tiempo para dedicaros, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.... en fin serafín, corre más el galgo que el mastín, pero si el camino es largo corre más el mastín que el galgo. No obstante los dos corren bastante.

Tampoco sabía que escribir, así que para ser muy original os dedico otro mítico film, en este caso uno de mis favoritos: Once Upon a Time in the West.

Hasta que llegó su hora, es un largometraje de aquella reencarnación de John Ford, que nos encandiló con sus spaghetti-western protagonizados por Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallach y Gian María Volonté. En efecto amigos, hablamos de Sergio Leone, pero no nos referimos a los actores anteriores. Hoy voy ha hablaros de otra película distinta, que aunque está encasillada en esos tipos de western, para mí es completamente atípica a el bueno el feo y el malo, la muerte tenía un precio o por un puñado de dólares. Se nota la sombra de Bertolucci-Argento en el guión aunque Leone lo adapta todo a su genial forma de hacer buen cine.

El primer cambio lo encontramos en la nueva remesa de actores, no peor que las otras, para mi gusto, hablamos de Henry fonda y Charles Bronson.
Leone plasma meticulosamente cada toma, lo hace con una delicadeza sutil que no había observado antes en él. Formaliza todos los aspectos puramente fílmicos y cuida al máximo todos los detalles, hasta el punto que sus personajes parecen joyas perfectas que nos revelan todas sus inquietudes con solo visionar sus miradas. El mítico Sergio encima se regocija en dicha perfección, exprimiéndola al máximo, de ahí el ritmo pausado del film. Aquí sobran las palabras, la fotografía es magnífica y la ambientación de los escenarios es completamente redonda.
La historia nos engancha de una manera estrepitosa, por la garra de los personajes, por su fuerza narrativa y por la incertidumbre que nos invade en casi las tres cortas horas que dura el largo.

En lo que respecta a los personajes, no hay mucho que decir de Henry Fonda, el malvado “Frank”, que nos dedica una actuación asombrosa y admirable, una sonrisa tierna pero a la vez sádica, llegando a proporcionarnos una figura ególatra, déspota, pero con pánico e inquietud a sucumbir o ser derrocado, por ello resuelve sus contiendas de manera tan drástica, sin posibilidad a la revocación.
Hay quien dice que el papel que desempeña Charles Bronson, la armónica, debería haber sido para Eastwood, pero yo no estoy de acuerdo con ello, pienso que este papel era para una mirada más lobezna, dura, pero a la vez sensitiva, cálida y con más nostalgia que el gran Clint. “El armónica” nos muestra la sobriedad en persona, la serenidad, paciencia, seguridad y armonía propia de los buenos de Leone, pero con ese punto que le otorga la sabiduría de Bronson, con respecto a la todavía inmadurez, pero no por ello peor, de Rubio o el manco con Eastwood.
Nunca hubo tampoco una figura tan erótica como la de Claudia Cardinale. Esta hermosa actriz nos enamora y cautiva desde que se encuentra perdida tras bajar de su tren procedente de New Horleans. Nunca un sudor y una mirada destilaron tanta sensualidad.
Por último, el gran tapado de esta película, el mejor papel secundario que ha habido en un western, el de Jason Robards, “Cheyenne” y mejor aún la melodía que le otorga Ennio cada vez que aparece en escena, como ya hizo con Cleef en la muerte tenía un precio y con los tres personajes de Il buono, il brutto, il cattivo. Este personaje con gran carisma y bondad, le pone el toque de humor que tanto urge a estos largos tan violentos y firmes.
Tampoco puedo olvidarme de Gabriele Ferzetti, galán de galanes en sus años mozos, aquí en admirable interpretación, se encuentra metido en un personaje sumamente interesante, cuyo tortuoso estado físico parece admirable y a su vez casi patético.

En definitiva, si no habéis visto Once Upon a Time in the West, no sabéis nada de los spaghetti-western y de las maravillosas sinfonías de Ennio Morricone, que vuelve a demostrarnos todo su talento para hacer buena música y melodía. Para el recuerdo las conversaciones de Jason con Claudia y de Fonda con Ferzetti y por supuesto esas miradas perdidas de Bronson mientras toca la armónica misteriosa. No temáis al tildarla de obra maestra, que no os engañen aquellos cinéfilos que siguen empecinados en que los western no pueden serlo, y sin embargo son la esencia del cine más puro y de brillantes actuaciones en todos los sentidos.

OYE ARMÓNICA, CUANDO TE TOQUE A TI, REZA PORQUE SEA ALGUIEN QUE SEPA DONDE DISPARAR.


PS: en mi próxima intervención os mostraré como dos chicas tocan el saxo y el contrabajo, creo que se llaman Geraldine y Josephine, no mentira, Geraldine y Daphne. ¿Alguien adivina?, saludos.

Así comienza el film, grandísima escena y corto diálogo ("tranquis" que a Bronson le dan sólo en el brazo). Esto ya va prometiendo.



Aquí os dejo unas imagenes de la película con la banda sonora de Morricone, maravilloso.