lunes, 10 de mayo de 2010

IS

Estoy aquí, en medio de la madrugada… El desvelo se apodera, voy compartiendo un rato de soledad con el silencio, interrumpido a veces por el quebrar de mi cigarro. Las motas de ceniza van mostrándose ante mí, revoloteando delante de la pantalla, y posándose en el teclado. Afuera, allá a lo lejos se oye el ladrido de un perro de manera intermitente. Tengo la ventana abierta para que corra el humo. Entra una brisa agradable que me cosquillea las piernas descubiertas. Un árbol agita sus hojas, es como si quisiera entablar conversación conmigo, apartándome de mis letras, intentando sacar la escasa inspiración que hoy me ha venido a visitar.

Tranquilo, le digo. Tengo una invitada, ¿no lo ves? Claro, como vas a ver, en todo caso percibir. Pacientemente le explico que estoy con una vieja conocida, antes fue amiga, que hoy vino a mi encuentro, aquí, en este preciso instante, y no la podía dejar escapar.

Sabía que se iría pronto, quizás antes de llegar el inoportuno alba, tenía que aprovecharla. Curiosa palabra esa, aprovechar, nunca entendí bien su significado ni su fin. Supongo que mis maestros no me la supieron explicar acordemente. Ya sabéis, el hábito no hace al monje, como decía “La Yaya

Cíñase a otro cualquiera, ahora no puedo atenderle como quisiera vos.

¿Qué eres? Me pregunta de forma intrigada la tímida inspiración matutina. No sé, le contesto… Pues nada del otro mundo, supongo… El tiempo que transcurría entre palabra y palabra cada vez era más extenso, me empezaba a quedar en blanco, sin saber que decir, y ya sólo soltaba respuestas ilógicas y poco aclaratorias incluso para mí.

No te confundas, insistió ella… Esto no es algo que puedas entender ni controlar, es así sin más, tienes que aceptarlo de la mejor manera posible, e intentar no titubear, ni dar señal de que eres débil, demuestra tu destreza… Cierra los ojos, despeja la mente, bebe agua, enciende otro cigarro, serénate, no pienses en nadie, solo tú ni siquiera yo estoy presente, sólo soy un producto de tu originalidad enajenada… Cuando consigas eso, dime de verdad quién eres…

Soy amor porque te amo; Soy Pánico porque tiemblo; Soy dolor porque sufro; Soy la paz porque tranquilizo; Soy la guerra porque peleo; Soy tremendo porque engrandezco; Soy inolvidable porque recuerdo; Soy generoso porque te escucho; Soy emoción porque lloro; Soy intriga porque investigo; Soy céntrico porque acaparo; Soy luz porque guío; Soy fuerte porque demuestro; Soy débil porque no me atrevo; Soy ayuda porque atiendo; Soy compañía porque te di la mano; Soy sombra porque sucumbes; Soy sublime porque adoro; Soy charla porque discuto; Soy yo, por qué no ningún otro; Soy atención porque me detengo; Soy calor porque cobijo; Soy frío porque te arrojo; Soy mal porque para buenos ya están otros; Soy el de siempre porque no voy cambiar; Soy cambio porque tú me lo pides; Soy muerte porque pensé en ello; Soy un hito porque endioso; Soy odio porque no tolero; Soy Perseverancia porque te sigo; Soy virtud porque te atrapo; Soy amigo porque crees; Soy fracaso cuando abandono; Soy enemigo porque rechazaste; Soy perspicaz porque me adelanto; Soy inteligencia porque razono; Soy lógico porque me conviene; Soy ilógica porque me hice así; Soy vaivén porque muevo; Soy inerte porque camuflo; Soy multitud porque me confundes con la gente; Soy especial porque para vos soy único; Soy celoso porque me dejas; Soy solitario porque no convenciste; Soy tiempo que no culminé; Soy jardín que viste florecer; Soy los pasos que marcan tu camino; Soy el resplandor de tus momentos amargos; Soy vida porque no sólo existo, vivo…

"Soy mi amor lo que queda de un abrazo. El vaivén de tibias manos en la cuna, ese gozo que queda en tu regazo cuando un niño está llorándole a la luna”

Soy…

martes, 4 de mayo de 2010

UN MARTES CUALQUIERA

Llego a mi casa, se podría decir que no he pasado el mejor día de mi vida. Hago lo de siempre, me meto en la ducha, después tomo algo de fruta, y si no tengo que adelantar asuntos me cojo mi paquete de cigarrillos y me siento delante de “la caja tonta” esperando alguna buena película buena o mala que me haga pasar el rato.


He de añadir también que soy malísimo pelando fruta. Cada vez que vuelvo a casa mamá es la encargada de hacerlo. La primera vez, después de mucho tiempo, esboza una sonrisa, no le importa, estoy en casa; La segunda ya no muestra tan ansiada alegría, pero sigue diciendo que soy su niño mayor, y que no le importa; A partir de la tercera la cosa cambia, se nota que empieza a tener cierta inquina a dicha labor que días antes no le importaba realizar, por lo que segundos más tarde suelta un: “Eres un inútil” Así es mamá, así tengo hoy en día cierto carácter y mucha intolerancia, o mejor, poca paciencia.


Normalmente todas las “pelis” que pillo las he visto, por lo que de primeras ya sé con lo que me voy a encontrar. Si reconozco que algo es tan malo como para no poder ser visto dos veces, me voy para la cama, sobre o piltra, o… puede que me ponga a perder el tiempo con el PC.

Pero una noche fue diferente…


Tras llegar a mi hogar (nada dulce) y hacer todo lo dicho con anterioridad, me dispuse delante de mi TV y allí estaba, ¿el qué? No sé, qué… “Ohhh”, “Jolll”…


“Ghost”, sí mis capullos lectores, sí. Era ese pastelón que varias mujeres, con las que he sido bastante permisivo, me habían hecho tantas veces tragar. No obstante, esta vez algo era desemejante, pero no me paré a pensar qué era aquello.


La cosa allí empezó y a mí me estaba entreteniendo. El tipo feliz que muere; La mujer que llora su pérdida y pierde la chola; El malo malísimo que para ella puede llegar a ser el sustituto de lo que el bailarín con pinta homosexual de “Dirty Dancing” dejó atrás; El toque de humor añadido de forma magistral por una negrita vidente que ya fue cantante de un club/burdel y después pasó a ser monja (algo asombroso)


No me lo podía creer, era la primera vez que nadie, por bemoles, me obligaba a ver a lo que para mí era un espantoso visionado… ¡ZAS! Es ahí la diferencia, la encontré… Soy sublime.


Esa mágica melodía, “ñona a más no poder”, se introdujo dentro de mi ser, poseyéndome… Joder, estuve una semana entera tatareándola mientras cerraba los ojos y me imaginaba que Patrick Swayze venía en forma de espectro a elaborar una vasija de barro conmigo. Bueno, mejor diremos que me imaginaba a Demi Moore, que esto suena un poco raro. Claro que entonces Demi era un poco niña, y estaba pelada como un chico rebelde de los años 80…

A mí me pone más la de ahora, cada día que pasa es que… (Eufemismo)… Es que le sientan muy bien los años, como a Sharon Stone.


Entonces comprendí todo… Esto me ayudó a acercarme a tales personas. Da igual que fuera “Ghost” o “El Diablo se viste de Prada” La cosa es que uno no debe cerrarse en banda, no debe censurar ciertas cosas porque parta de una premisa ya adjudicada, el odioso NO.


Ahora bien, esto no significa que lleven a sus románticas y ridículas novias a ver comedias malas de Hugh Grant y Ashton Kutcher. Dios nos libre de tales espectáculos dantescos.


Yo no soy quien para dar estos consejos, pero no se partan la cabeza intentando comprender, no es posible. Dejen que les lleven, sin miedo. El miedo es una palabra que inventaron algunos cobardes.


Como dijo Wilde y sin mal interpretar al autor: “Las mujeres no nacieron para ser comprendidas, si no para ser amadas. Y si quiere entenderla de verdad, tampoco la escuche, mírela”