martes, 23 de febrero de 2010

LAS NOCHES ETERNAS

El reloj sonoro estaba apunto de tronar, sólo quedaban unos minutos para el despertar. El viejo gallo ya había chillado cual condenado bicho. El sueño estaba aún por concretar, no obstante, quedaría pendiente para otro episodio en donde los astros vuelvan a coincidir para que se den exactamente las mismas circunstancias casuales.

Entro en una campo lleno de cereal sembrado. Contemplo el paisaje que parece no terminar nunca. Me creo protagonista de una alegoría en toda regla, e incluso llego a pensar que me están filmando. Nada es real, me quedo sentado de forma inerte en medio de la nada encontrada. No pretendo intimidar a mis posibles observadores, prefiero que se larguen por donde han venido. No diviso a nadie, pero sé que están ahí…

Ahora me lanzo a correr, la situación no parece terminar. El terreno se vuelve escarpado y punzante, mis plantas desnudas comienzan a desgarrarse. Los huesos truenan cual débil cristal. El calor es insoportable, y el agotamiento es tal que caigo de manera contundente. Pero intento seguir, emulando a un reptil…

La situación es humillante, no tengo ni fuerzas para derramar lágrimas, y así mojarme unos agrietados labios… ¿Cómo has llegado a esto? Sólo me ronda una misma idea por la cabeza, por qué

Me desmayo conscientemente, lo nunca visto. Caigo, una y otra vez, a un vacío sin fondo, mientras voy escuchando unas carcajadas penetrantes, símbolo de escarnio. Nada es auténtico, no existe tal lugar, ni creo que esta angustia sea del mundo al que pertenezco…

Pero, ¿por qué nadie me despierta? Estoy gritando, joder, no me oyen. Ayuda… De repente termino de descender, llego a una sala negra por completo, no se divisa figura alguna, ni siquiera mi sombra. Una voz me habla, no consigo entender nada, ni tampoco quería prestarle atención, pronto esta pesadilla acabaría…

Y no. El cuerpo se paralizó, la cabeza erguida, la voz gritaba… La voz se vuelve más clara y aguda, es como si estuviera leyendo algo… como una sentencia, y en algún momento menciona la palabra ETERNIDAD…

Voy volviendo en sí, dentro de un raciocinio o cabales normales en una persona… Mis heridas cicatrizan de un modo acelerado, no consigo verme a mí mismo, es como si estuviera en estado de invisibilidad… ¡no puede ser!... Soy un espectro, y según la voz, ahora grave de nuevo, se acerca a mi oído inexistente a la vista de cualquiera: “Por tus hazañas malignas, yo te condeno con la perpetuidad… No has fallecido físicamente, pero tus desafíos han sido tales que no me podía permitir perder el pulso… Lo que la gente consigue por toda una vida de malas artes, tú lo has conseguido en mucho menos…”

A lo que contesté: Te definí de forma divina, te conocí en forma humana, te observé como una obra de arte… Coqueteé con vos, me atrapaste aquella noche en forma de mujer engalanada, te seduje, te di y te mostré tantas cosas que no habías descubierto por ti sola, pese a tu infinita vida… Sentiste la mortalidad, la pasión, te llevé a mis redes, cuando tú pretendiste todo lo contrario, y erraste cual zorra fulana sin dos dedos de frente, tu eternidad condenada será esa… Me das lástima, más vale que me observes como sólo vos haces, y acabes de una puta vez conmigo. Recordarás esa noche para la misma perpetuidad, pues un chaval, nada del otro mundo, emuló y se rió de la muerte, mientras tú le mirabas con los ojos...


"Que se hagan las noches eternas para no despertar"