Tranquilo, le digo. Tengo una invitada, ¿no lo ves? Claro, como vas a ver, en todo caso percibir. Pacientemente le explico que estoy con una vieja conocida, antes fue amiga, que hoy vino a mi encuentro, aquí, en este preciso instante, y no la podía dejar escapar.
Sabía que se iría pronto, quizás antes de llegar el inoportuno alba, tenía que aprovecharla. Curiosa palabra esa, aprovechar, nunca entendí bien su significado ni su fin. Supongo que mis maestros no me la supieron explicar acordemente. Ya sabéis, el hábito no hace al monje, como decía “
Cíñase a otro cualquiera, ahora no puedo atenderle como quisiera vos.
¿Qué eres? Me pregunta de forma intrigada la tímida inspiración matutina. No sé, le contesto… Pues nada del otro mundo, supongo… El tiempo que transcurría entre palabra y palabra cada vez era más extenso, me empezaba a quedar en blanco, sin saber que decir, y ya sólo soltaba respuestas ilógicas y poco aclaratorias incluso para mí.
No te confundas, insistió ella… Esto no es algo que puedas entender ni controlar, es así sin más, tienes que aceptarlo de la mejor manera posible, e intentar no titubear, ni dar señal de que eres débil, demuestra tu destreza… Cierra los ojos, despeja la mente, bebe agua, enciende otro cigarro, serénate, no pienses en nadie, solo tú ni siquiera yo estoy presente, sólo soy un producto de tu originalidad enajenada… Cuando consigas eso, dime de verdad quién eres…
Soy amor porque te amo; Soy Pánico porque tiemblo; Soy dolor porque sufro; Soy la paz porque tranquilizo; Soy la guerra porque peleo; Soy tremendo porque engrandezco; Soy inolvidable porque recuerdo; Soy generoso porque te escucho; Soy emoción porque lloro; Soy intriga porque investigo; Soy céntrico porque acaparo; Soy luz porque guío; Soy fuerte porque demuestro; Soy débil porque no me atrevo; Soy ayuda porque atiendo; Soy compañía porque te di la mano; Soy sombra porque sucumbes; Soy sublime porque adoro; Soy charla porque discuto; Soy yo, por qué no ningún otro; Soy atención porque me detengo; Soy calor porque cobijo; Soy frío porque te arrojo; Soy mal porque para buenos ya están otros; Soy el de siempre porque no voy cambiar; Soy cambio porque tú me lo pides; Soy muerte porque pensé en ello; Soy un hito porque endioso; Soy odio porque no tolero; Soy Perseverancia porque te sigo; Soy virtud porque te atrapo; Soy amigo porque crees; Soy fracaso cuando abandono; Soy enemigo porque rechazaste; Soy perspicaz porque me adelanto; Soy inteligencia porque razono; Soy lógico porque me conviene; Soy ilógica porque me hice así; Soy vaivén porque muevo; Soy inerte porque camuflo; Soy multitud porque me confundes con la gente; Soy especial porque para vos soy único; Soy celoso porque me dejas; Soy solitario porque no convenciste; Soy tiempo que no culminé; Soy jardín que viste florecer; Soy los pasos que marcan tu camino; Soy el resplandor de tus momentos amargos; Soy vida porque no sólo existo, vivo…
"Soy mi amor lo que queda de un abrazo. El vaivén de tibias manos en la cuna, ese gozo que queda en tu regazo cuando un niño está llorándole a la luna”
Soy…